La sensación de estar heridos nos dificulta la gestión de nuestra vida a todo nivel: en la relación con padres, hermanos, amigos, pareja… Pero también en la gestión del dinero, el disfrute del sexo, en el desarrollo profesional, en suma con todo; por eso, aunque hagamos muchas cosas para avanzar, sentimos que algo nos bloquea, que algo nos lo impide…
Qué? La o las heridas de la infancia. Nuestr@ niñ@ que se siente lastimad@ y ha enmascarado esas heridas para “no sufrir”.
Enmascarar es un mecanismo de la mente, en otras palabras, la mente esconde, oculta de nosotros aquello que vivimos bajo la premisa de que ” no sufriremos”. Pero no podemos sanar lo que escondemos, lo que no reconocemos.