TRASTORNO AFECTIVO BIPOLAR (TAB)

El trastorno afectivo bipolar está dentro de la clasificación de los trastornos del estado del ánimo; es una enfermedad crónica y recurrente que se manifiesta principalmente por episodios depresivos y periodos de exaltación del humor e incremento de la vitalidad (episodios maníacos o hipomaníacos). Es común que su inicio se presente en la adolescencia, pero también puede aparecer en la edad adulta temprana.

La persona que sufre trastorno bipolar pierde el control sobre su estado de ánimo, el cual puede presentar oscilaciones más o menos bruscas que van desde la euforia patológica (manía) a la depresión, sin que haya una causa aparente.

En general, los episodios maníacos predominan en la juventud e inicio de edad adulta, y los episodios depresivos predominan en edades más avanzadas, aunque se han descrito primeros casos de manía por encima de los 65 años.El trastorno bipolar se manifiesta de varias maneras: con manía o hipomanía y depresión. Los síntomas pueden causar cambios impredecibles en el estado de ánimo y el comportamiento, lo cual da como resultado un gran sufrimiento e importantes dificultades en la vida, tanto para la persona que lo padece como para su familia.

  • En el trastorno bipolar tipo I se alternan episodios maníacos, depresivos y mixtos.
  • En el trastorno bipolar tipo II se alternan episodios depresivos e hipomaníacos. El trastorno bipolar II no es una forma más leve de trastorno bipolar I, sino un diagnóstico diferente. Mientras que los episodios maníacos del trastorno bipolar I pueden ser graves y peligrosos, las personas que tienen trastorno bipolar II pueden estar deprimidas durante períodos más largos, lo cual puede también causar un deterioro importante a nivel psíquico.
  • En la ciclotimia la persona ha tenido durante al menos dos años —o un año en el caso de niños y adolescentes— muchos períodos con síntomas de hipomanía y períodos con síntomas depresivos (aunque menos graves que la depresión mayor).
  • En el episodio maníaco durante 1 o 2 semanas se va desarrollando un humor eufórico o irritable, junto con otros síntomas como ideas de grandiosidad, disminución de la necesidad de dormir, aceleración del habla e hiperactividad.

Cuando el trastorno comienza por un episodio depresivo es frecuente que se trate de una depresión leve de semanas o meses de duración, con enlentecimiento psicomotor y/o hipersomnia (que no debe confundirse con un estado de pereza). Estos síntomas luego evolucionan a manía.

Durante el episodio mixto coexisten síntomas de manía como la aceleración del habla, la hiperactividad y las ideas de grandiosidad junto con otros que aparecen en la depresión grave como la desesperanza, los sentimientos de culpa exagerados y la ideación suicida.

 QUE ES LA MANIA Y LA HIPOMANIA?

La manía y la hipomanía son dos tipos diferentes de episodios, pero tienen los mismos síntomas. La manía es más grave que la hipomanía y causa problemas más notorios a nivel laboral, escolar y demás actividades sociales, así como dificultades en las relaciones interpersonales. Además, la manía puede provocar una desconexión de la realidad (psicosis) y requerir hospitalización.

Tanto los episodios maníacos como los hipomaníacos comprenden tres o más de los siguientes síntomas:

  • Episodios anormales de optimismo, nerviosismo o tensión
  • Aumento de actividad, energía o agitación
  • Sensación exagerada de bienestar y confianza en sí mismo (euforia)
  • Menor necesidad de dormir
  • Locuacidad inusual (hablar demasiado = logorrea)
  • Frenesí de ideas
  • Distracción
  • Tomar malas decisiones como hacer compras compulsivas, tener prácticas sexuales riesgosas o hacer inversiones absurdas.

EPISODIO DEPRESIVO MAYOR

Un episodio depresivo mayor consiste en síntomas que son lo suficientemente graves para causar dificultades evidentes en las actividades cotidianas, como el trabajo, la escuela, las actividades sociales o las relaciones. Para ser un episodio depresivo mayor debe cumplir con cinco o más de los siguientes síntomas:

  • Estado anímico depresivo, como sentirse triste, vacío, desesperanzado o tener ganas de llorar (en niños y adolescentes, el estado anímico depresivo puede manifestarse como irritabilidad).
  • Marcada pérdida del interés o de la capacidad para sentir placer en todas —o en casi todas— las actividades.
  • Pérdida de peso sin hacer dieta, aumento de peso, o disminución o aumento del apetito (en niños, la imposibilidad para aumentar de peso según lo esperado puede ser un signo de depresión).
  • Insomnio o dormir demasiado.
  • Agitación motora o comportamiento más lento.
  • Fatiga o pérdida de la energía (que no es pereza).
  • Sentimientos de inutilidad o culpa excesiva o inadecuada
  • Disminución de la capacidad para pensar o para concentrarse, o indecisión para tomar decisiones.
  • Pensar en el suicidio, planificarlo o intentarlo

 CARACTERISTICAS

  • Es una enfermedad crónica, lo que quiere decir que dura 3 meses o más, y es posible que empeore con el tiempo. Esto no significa que no se pueda tratar; con el tratamiento adecuado (farmacológico y psicológico) las personas que sufren un trastorno bipolar pueden estar estables durante largos periodos de tiempo, e incluso mostrar alta mejoría con el tiempo.
  • Es una enfermedad que cursa por episodios o fases: depresivas y maníacas, que dependiendo de la gravedad pueden catalogarse como “hipomaníacas”.
  • Se trata de una enfermedad muy frecuente. Cerca de un 4% de la población mundial sufre algún tipo de trastorno bipolar.

CUALES SON LAS CAUSAS DEL TAB?

La combinación de un componente genético (familiares con este trastorno) con determinadas situaciones vitales adversas que actúan como desencadenantes. Las personas con carga genética tienen una mayor vulnerabilidad, lo cual posibilita que determinadas situaciones como el estrés, la falta de sueño, perder el empleo, muerte de un ser querido, ruptura amorosa, consumo de drogas o sustancias estimulantes y algunos tratamientos con fármacos (corticoides) ocasionen un desequilibrio de sistemas neuroquímicos (serotonina, noradrenalina, dopamina, acetilcolina, etc.) y probablemente hormonales (tiroxina) que a su vez provocan los síntomas psíquicos y físicos de la enfermedad.

Es muy importante señalar que nadie tiene la culpa de padecer un trastorno bipolar y tampoco su familia. La voluntad del paciente no juega ningún papel para decidir si padece o no una enfermedad, por lo tanto la persona está eximida de culpa, pero no de la responsabilidad en el manejo de la enfermedad. El paciente sí puede decidir si toma o no el tratamiento de forma correcta (imprescindible), regular su sueño, no tomar drogas ni alcohol y hacer más o menos actividad según se lo indique el especialista de la salud (Médico, Psicólogo, Psiquiatra). Su voluntad es por tanto crucial para mejorar determinados aspectos que pueden actuar como desencadenantes o agravantes del trastorno.

SINTOMAS EN NIÑOS Y ADOLESCENTES

Los síntomas de un trastorno bipolar pueden ser difíciles de identificar en niños y en adolescentes. Con frecuencia es difícil poder decir si esos altibajos en el estado de ánimo son normales, si son el resultado de estrés o de un trauma, o señales de un problema de salud mental diferente al de trastorno bipolar.

Los signos más notables de trastorno bipolar en niños y en adolescentes pueden comprender cambios muy marcados en el estado de ánimo que se diferencian de sus cambios anímicos habituales.

CUANDO ES EL MOMENTO DE PEDIR AYUDA?

Es muy lamentable que a pesar de los extremos anímicos, las personas que padecen trastorno bipolar a menudo no reconozcan hasta qué punto su inestabilidad emocional altera su vida y la de sus seres queridos, y por tanto no buscan ayuda.

Por otro lado, algunas personas que tienen trastorno bipolar “disfrutan” de la sensación de euforia y de los ciclos de ser más productivo. Sin embargo, la euforia siempre viene seguida de un bajón emocional que puede dejar a la persona deprimida, exhausta —y hasta quizá con problemas económicos, legales o de relaciones—.

Por favor consulta al médico o a un especialista de la salud mental si tienes algún síntoma de depresión o de manía. El trastorno bipolar no mejora solo. Recibir tratamiento de manera oportuna puede ser de gran ayuda para la persona que lo padece y también para la familia.

CONSECUENCIAS DE NO TRATARLO A TIEMPO:

Si la persona que padece trastorno bipolar no se somete a un tratamiento riguroso, se derivan problemas como:

  • Necesidad de consumo de alcohol y de drogas
  • Suicidio o intentos de suicidio
  • Problemas legales o financieros (debido a la toma de decisiones en la fase maníaca).
  • Relaciones familiares y de pareja dañadas
  • Desempeño deficiente a nivel académico y laboral
  • Deterioro cognitivo y emocional cada vez mayor a medida que pasa el tiempo.

Por favor tener presente que si bien el trastorno bipolar puede aparecer a cualquier edad, generalmente se diagnostica en la adolescencia o poco después de los 20 años. Los síntomas pueden variar de una persona a otra (debido a que cada ser humano tiene una historia de vida diferente)  y pueden cambiar con el paso del tiempo (debido a que algunas circunstancias en la vida pueden ser más favorables/desfavorables que otras).

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