La ansiedad es sinónimo de congoja, preocupación, desasosiego ante acontecimientos futuros o situaciones de incertidumbre. Es la anticipación temerosa de peligro inminente acompañada de un sentimiento intenso y displacentero o de síntomas físicos experimentados en diferentes partes del cuerpo. Implica el presentimiento de que algo grave le va a ocurrir a la persona.
Entre los trastornos mentales los de ansiedad se consideran los más frecuentes en personas de cualquier edad (infancia, adolescencia y adultez).
En su uso cotidiano el término ansiedad puede significar un ánimo transitorio de tensión (sentimiento), un reflejo de la toma de conciencia de un peligro (miedo), un deseo intenso (anhelo), una respuesta fisiológica ante una demanda (estrés) y un estado de sufrimiento mórbido (trastorno de ansiedad). En el campo de la psiquiatría y la psicología es normal que se presente confusión a la hora de hacer el diagnóstico de la ansiedad debido a que suele confundirse con angustia, estrés y miedo.
Ansiedad y angustia: La ansiedad tiene que ver con un “estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo” y angustia se relaciona con “opresión, ahogo, estrechez que se siente preferentemente en la región precordial o abdominal”, por tanto hoy se consideran sinónimos.
Ansiedad y estrés: En el estrés es indispensable un estresor (demanda, amenaza) y en la ansiedad no. La ansiedad puede formar parte del estrés (como respuesta fisiológica de defensa ante una amenaza o como producto del análisis que hace una persona cuando no puede superar una demanda). Por ejemplo si una persona está estudiando para presentar una prueba en la universidad, PODRIA presentar respuestas altas de estrés, acompañadas de ansiedad de acuerdo a sus expectativa de ganar o perder.
Ansiedad y miedo. La ansiedad tiene que ver con la sensación subjetiva de un peligro, malestar, tensión o aprensión, acompañado de una respuesta fisiológica (síntomas físicos) y cuya causa no está claramente reconocida para la persona. En el miedo existe similar respuesta fisiológica que la ansiedad, pero se diferencia en que SÍ HAY una causa, un peligro real, externo, que está presente o que amenaza con materializarse. Es decir, la ansiedad es la sensación de un peligro sin causa reconocida por la persona y en el miedo se reconoce el peligro real.
Desde el punto de vista evolutivo al miedo se le considera una conducta adaptativa, ya que promueve la supervivencia induciendo al individuo a mantenerse alejado de situaciones y lugares con un peligro potencial. Sin embargo, en el caso de la ansiedad, cuando surge recurrentemente como una respuesta anticipatoria involuntaria e intensa ante una amenaza potencial (la mayoría de las veces irreal) se le considera trastorno mental debido a que termina afectando diferentes áreas de la vida de la persona, mermando su calidad de vida.
CLASIFICACION DE LOS TRASTORNOS DE ANSIEDAD (TA)
Basados en los criterios propuestos en el DSM-V, los TA en general producen una intensa angustia y miedo, opresión en el pecho, niveles crecientes de preocupación y tensión por alguna situación temida y un deterioro significativo del funcionamiento general de la vida de la persona. Sin embargo, existen 11 tipos específicos de trastornos de ansiedad y su diagnóstico dependerá de sus síntomas:
1. TA generalizada
2. Mutismo selectivo
3. Fobia específica (a los animales, entorno natural, sangre, etc.)
4. TA social
5. Trastorno de pánico
6. Agorafobia
7. TA por separación
8. TA inducido por sustancias/ medicamentos
9. TA debido a otra afección médica
10. TA especificados
11. TA no especificados
Los TA son más frecuentes en mujeres, considerándose su inicio desde una edad temprana (infancia). Sin embargo, en general es difícil determinar la edad de inicio de los TA. Es importante considerar que si la ansiedad no es tratada en su inicio, ésta permanece en el tiempo y ser cada vez más incapacitante para la persona.
FACTORES DE RIESGO
Los factores de riesgo para los TA son múltiples, por lo que es importante que la valoración la realice un profesional de la salud mental y así determinar cuáles son sus posibles causas y con ello determinar un tratamiento adecuado.
Dentro de los factores de riesgo más comunes encontramos: factores genéticos, experiencias difíciles en la infancia, factores estresantes en el transcurso de la vida, enfermedades padecidas, uso de sustancias, situaciones específicas de la vida (menopausia), entre otros.
Es muy importante considerar que existen otros trastornos psiquiátricos que pueden enmascarar la ansiedad (por ejemplo la depresión), por lo que es importante hacer un diagnóstico diferencial para que su tratamiento sea eficaz.
CRITERIOS DIAGNOSTICOS
Recuerde, no obstante, que usted no puede, ni debe, auto-diagnosticarse. Sólo un profesional de la salud experto está en condiciones de hacerlo con rigor y fiabilidad. Cuando una persona está preocupada por su salud o normalidad suele identificarse con síntomas o enfermedades que no tiene, o confundirlos con otras posibles.
Criterios del DSM-V para el diagnóstico del Trastorno Ansiedad Generalizad (Fuente: American Psychiatric Association)
La característica esencial es ansiedad generalizada y persistente, que no está limitada y ni siquiera predomina en ninguna circunstancia ambiental en particular (es decir, se trata de una “angustia libre flotante”). Los síntomas más predominantes son quejas de sentirse constantemente nervioso, con temblores, tensión muscular, sudoración, mareos, palpitaciones, vértigos y molestias epigástricas. A menudo se ponen de manifiesto temores a que uno mismo o un familiar vaya a caer enfermo o a tener un accidente, junto con otras preocupaciones y presentimientos muy diversos. Este trastorno es más frecuente en mujeres y está a menudo relacionado con estrés ambiental crónico. Su curso es variable, pero tiende a ser fluctuante y crónico.
Ansiedad y preocupaciones excesivas (anticipación aprensiva), que se produce durante más días de los que ha estado ausente durante un mínimo de seis meses, en relación con diversos sucesos o actividades (como en la actividad laboral o escolar).
- Al individuo le es difícil controlar la preocupación.
- La ansiedad y la preocupación se asocian a tres (o más) de los seis síntomas siguientes (y al menos algunos síntomas han estado presentes durante los últimos seis meses (Nota: En los niños, solamente se requiere un ítem):
- Inquietud o sensación de estar atrapado o con los nervios de punta.
- Fácilmente fatigado.
- Dificultad para concentrarse o quedarse con la mente en blanco.
- Irritabilidad.
- Tensión muscular.
- Problemas de sueño (dificultad para dormirse o para continuar durmiendo, o sueño inquieto e insatisfactorio).
- La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
- La alteración no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., una droga, un médicamente) ni a otra afectación médica (p. ej., hipertiroidismo).
- La alteración no se explica mejor por otro trastorno
En los niños suelen ser llamativas la necesidad constante de seguridad y las quejas somáticas recurrentes.
TRATAMIENTO
El tratamiento obedece a un diagnóstico adecuado, por eso es muy importante que quien esté leyendo este post y se identifique con él, pida ayuda de un profesional acreditado para que pueda seguir un tratamiento efectivo. Estos post son sólo a manera de información, por favor ABSTENGASE de auto-diagnosticarse. Es un gran error que cometen muchas personas que sacan conclusiones, muchas veces apresuradas, basadas en la lectura de un post o la escucha de un audio. Que sólo le sirva a quien está leyendo como “alarma” de que necesita ayuda.
Se recomienda consultar al médico general, quien a su vez puede hacer remisión a psicología o psiquiatría para determinar la pertinencia de la medicación. Ahora bien, como profesional de la salud mental recomiendo que, aunque esté bajo medicación psiquiátrica, paralelamente debe hacer un proceso psicoterapéutico para sanar verdaderamente los síntomas, pues la medicación no sana, simplemente “calma” el síntoma.
APUESTALE A UN ESTILO DE VIDA SALUDABLE
Hacer cambios en el estilo de vida pueden ayudarte a prevenir muchas afecciones físicas y mentales, entre ellas la depresión y la ansiedad tan comunes en estos tiempos. Así que trata en lo posible de:
- Aprender a identificar y detener los pensamientos negativos.
- Reducir y controla las fuentes de estrés en tu vida.
- Hacer ejercicio regular y moderado.
- Practicar meditación o yoga.
- Seguir una dieta equilibrada.
- Únirte a grupos de apoyo (espirituales, con mismos intereses, etc.)
- Limitar el consumo de alcohol, cafeína, drogas.
- Aprender a confiar en ti y en la capacidad que tienes de sobreponerte a las circunstancias.
- APRENDER A PEDIR AYUDA.
- DEJAR DE CREER QUE PUEDE SOLO CON LECTURAS, ESCUCHANDO AUDIOS O VIENDO VIDEOS.